- Una burbuja fina y persistente que aporta elegancia.
- Notas aromáticas que varían desde cítricos hasta toques tostados, dependiendo de la marca y el proceso de elaboración.
- Una acidez equilibrada que refresca y limpia el paladar.
- Mariscos y pescados, por su frescura.
- Quesos suaves y aperitivos salados.
- Platos ligeros y ensaladas para una experiencia más refrescante.