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Jesuitas Y Masones. Dr Töhötöm Nagy

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Jesuitas y masones
Dr. Töhötöm Nagy.
Reedición 2018 – libro nuevo -
El misterio masónico revelado por un Jesuita en su Biografía.

Libro autobiográfico Jesuitas y Masones, publicado en Buenos Aires en 1963 y dedicado Ad Majorem Dei Gloriam, A la Gloria del Gran Arquitecto Del Universo, que relata las experiencias en ambas Ordenes del Dr. Töhötöm Nagy.
Soy padre jesuita professus quattuot votorum sollemnium, con los cuatro votos solemnes, reductos ad statum laicalem, absuelto de mis obligaciones sacerdotales y religiosas, vuelto con permiso al estado laico, por medio de un decreto pontificio, que se me concedió benignamente. Esta importante gracia fue un indulto especial, que me honra y del que he sido merecedor por mi conducta intachable en la Orden. Este indulto fue pedido por mi persona, hecho que deja acentuada la magnitud de la benevolencia con que éste me fue concedido, puesto que ningún jesuita “professus quattuor votorum” puede dimitir por su propio pedido.
Desde hace mucho tiempo vivía en mí, una inquietante curiosidad para saber la verdad sobre los masones, enemigos seculares de la Compañía de Jesús. Una vez fuera de la Orden, resolví satisfacer esta curiosidad y, ocultando mi identidad, me afilié a la Francmasonería, guiado por la más franca de las intenciones para descubrir la verdad. Llegué a los grados más altos y ahora que poseo una visión clara y auténtica de ambas instituciones, basada en experiencias propias a través de largos años, he decidido romper mi silencio y presentar al mundo la realidad del enigma.
Crítica de un ex funcionario de la Gran Logia de la Masonería Argentina
19 de noviembre de 2012
El sacerdote tohotom nagy, s.j., y maestro mason.
A raíz de una carta dirigida por este sacerdote y Maestro Masón a Su Santidad el Papa Pablo VI, he considerado necesario efectuar algunas aclaraciones sobre este también eminente Hermano.
Alejandro Juan NAGY VARGA nació en una pequeña localidad rural del reino de Hungría en 1908, entonces integrante del imperio austro-húngaro. En su niñez sufrió las consecuencias de vivir todas las contingencias de la primera guerra mundial. Alumno ejemplar, siempre se interesó por el derecho y la filosofía. Se gradúa en el primero y luego obtiene el doctorado en filosofía, siempre en su patria, en Budapest.
En ese momento se interesa en el sacerdocio, ingresando en la compañía de Jesús, cuyo sistema de instrucción es muy estricto con un noviciado que dura muchos años, bajo el nombre de Tohotom Nagy Varga.
Las vicisitudes de su vida religiosa, muy estricta y metódica están profusamente relatadas en la primera mitad del aludido libro “JESUITAS y MASONES” que edita y publica en Buenos Aires en 1963.
Ya ordenado le toca vivir todos los horrores de la segunda guerra mundial y la ocupación de su patria por las tropas soviético-comunistas. Lleva adelante una obra social de gran actividad y provecho en el medio rural, para permitir la sobrevida de sus pobladores, pese a la miseria general imperante en el país, como en toda la devastada Europa.
Gestiones de toda índole (de la Compañía) lo hacen viajar repetidas veces a Roma, donde antes había completado sus estudios. En esas circunstancias conoce a Monseñor Montini y relata en su libro las vicisitudes de la vida llevada en esos años y los varios encuentros que por esas gestiones tuvo, trabando una sincera amistad, con quien luego, entre los años 1963 y 1978 sería el Papa Pablo VI. Enfrentamientos internos, ampliamente relatados lo alejan de sus funciones en Europa y lo desplazan a Uruguay, Argentina y Chile, donde llega en 1949.
Pese a su profundo respeto a las jerarquías que le enseñó su paso por la Compañía de Jesús se enfrenta a desavenencias y desacuerdos con las autoridades locales, en particular con el Arzobispo de Montevideo, Uruguay, el Cardenal capuchino Antonio María Alfredo Barbieri, quien como buen capuchino desconfía de este recién llegado jesuita, los que tampoco aceptan sus planes de trabajo, que él entiende podrían ser de provecho para la pobreza que constata en nuestro medio rural, lo alejan de la Compañía y de la iglesia, pidiendo su retiro, (estado laico).
Con el apoyo de miembros de la colectividad húngara en Buenos Aires, con los que traba relación, comienza su vida civil, primero como fotógrafo, cuando recuerda la existencia de la masonería sobre la cual tenía conocimiento desde su época universitaria. Busca desesperadamente contactos hasta que los logra, se informa mejor y solicita su ingreso a ésta para él, nueva Orden.
El 24 de Abril de 1952 siendo profesor de la Universidad de Buenos Aires (estatal) firma su solicitud de ingreso como Alejandro Juan Tohotom Nagy Varga, y el 1º de agosto de 1952 es admitido e ingresa a la R.·.L.·. “Estrella de Oriente”· Nº 27, dependiente de la hoy Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones. En esa Logia recibe el 2º Grado el 3 de Julio de 1953 y el 3º el 2 de Setiembre de 1954.
Junto a otros hermanos húngaros, miembros de Logias argentinas, funda la R.·.L.·. KOSSUTH Nº 406 en 1961, y en ella se desempeña como Orador y como 2º Vigilante. Participa también en los trabajos de la R.·. Logia “San Albano” Nº 409 y obtiene algunos grados capitulares. Su fuerte personalidad choca frecuentemente hasta que, en circunstancias de emprender un viaje a Hungría, en 1967, se retira de la R.·. Logia “Kossuth” y de la Orden. En los años siguientes va y viene entre Europa y la Argentina en más de una ocasión, (obtiene en Hungría una pensión de la que vive) hasta que en Marzo de 1979 en Gyor, Hungría, pasa al O.·. E.·. Sus cenizas, por su propia y expresa voluntad, traídas por su hija a la Argentina, fueron depositadas años después por quien esto escribe en un cenotafio masónico, al pié de una venerada acacia, que se encuentra en el Hogar Masónico Bernardino Rivadavia, en Máximo Paz, Provincia de Buenos Aires.
En la segunda parte de su citado libro, relata su vasta experiencia en la masonería argentina, y afirma claramente su convencimiento en las bondades de la Orden y trata de refutar todos los argumentos que el pontificado vaticano esgrime desde 1738 en contra de ella.
Esto es lo que lo impulsa a escribir su libro, primero en húngaro con el apoyo de sus hermanos de “Kossuth”, y luego con el apoyo y la autorización del Gran Maestro Dr. José María Fiorini (1960/1966) edita dos ediciones en castellano, (en 1963) y le escribe una carta a su amigo, Monseñor Montini, que ya en ese momento era el Papa Pablo VI, once años después de pertenecer activamente a nuestra Orden, para hacerle saber de su vida y de su convencimiento de las bondades de la Masonería, en la seguridad de que ambas instituciones persiguen fines benéficos para la sociedad y por tanto deben terminar con su ancestral separación, y al mismo tiempo, reiterándose como un fiel jesuita. En 1969 estando en Viena, se publica una edición en alemán.
Vale la pena leer el libro.
Fraternalmente,

A.n.
Alejo Neyeloff
Comentario periodistico:
Tohotom Nagy, siendo jesuita, decidió infiltrarse, con anuencia de Paulo VI, entre los masones argentinos.
Lo hizo no sin cierto sobresalto, pues se daba cuenta de que “si resultaban tan malos como había oído, podría fácilmente perder la vida, aunque al menos hubiera obtenido algún conocimiento…”
Nada de eso pasó yterminó publicando en 1963 su “Jesuitas y Masones” en el que defiende parejamente ambas instituciones.
La centenaria y conflictivarelación entre jesuitas y masones es ambivalente y compleja; y como Francisco I, se ha convertido en el primer Papa de la historia proveniente de la Orden de la Compañía de Jesús, el tema vuelve a arder en el tintero.
Sin embargo jesuitas y masones tienen algo en común: las persecuciones a las que fueron sometidos por sendas bulas papales (los masones fueron excomulgados en 1738 “In eminenti apostolatus specula”, y en 1773 mediante “Dominus ac Redemptor” fue suprimida la Compañía) además de sus modelos organizativos: se llaman Hermanos, se rigen por Grados.
Con motivo de la significativa elección del nuevo pontífice argentino, y para echar luz sobre aquel viejo vínculo, resulta interesante conocer las palabras del Ex Gran Maestre de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, Ángel Jorge Clavero:
“Nuestra institución, enraizada con la patria desde 1857, saluda la designación del compatriota Cardenal Jorge Bergoglio como Papa Francisco I. Hombre de vida austera y consagrada a sus devociones, la designación del nuevo pontífice de la Iglesia Católica supone un alto reconocimiento para la Nación Argentina.
En la Masonería Argentina - sustentada en los principios de Tolerancia, Respeto, Libertad, Igualdad y Fraternidad - militan hermanos que profesan su fe católica junto a otros que pertenecen a otros credos, o que son agnósticos o que carecen de fe. En nombre de todos, la Gran Logia saluda al cardenal compatriota que acaba de alcanzar tan alta distinción mundial.”
Palabras de reconocimiento y tolerancia.
Aguará-í
Diario Territorio digital

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