Si alguna vez escuchaste la frase "no corras que es peor", seguramente te preguntaste qué significa exactamente y cómo aplicarlo en tu rutina de running. Este consejo popular resalta la importancia de no excederse o forzar el cuerpo más allá de sus límites, ya que puede resultar en lesiones o fatiga. Para quienes disfrutan correr, entender cuándo reducir la velocidad o detenerse es clave para evitar daños a largo plazo.
En el mundo del running, no se trata solo de velocidad, sino de cuidar la forma y escuchar al cuerpo. Correr con precaución implica seguir algunos consejos básicos, como calentar adecuadamente, usar calzado apropiado y mantener una técnica correcta. Además, es fundamental reconocer las señales de fatiga y no ignorarlas, porque "no corras que es peor" si eso significa arriesgar tu salud.
¿Querés mejorar tu rendimiento sin poner en riesgo tu bienestar? Optá por entrenamientos progresivos, descansá lo suficiente y prestá atención a las indicaciones de tu cuerpo. Así, podrás disfrutar del running de manera segura y efectiva, sin caer en el error de sobrecargar tus músculos y articulaciones.