Las lentejas turcas tienen un sabor más suave que las lentejas comunes. Son más digestivas, bajas en grasa y tienen un muy buen aporte de nutrientes esenciales, especialmente para los vegetarianos.
El tamaño es similar a la lenteja parda pero su color es rojo o naranja oscuro. Su cocción es mucho más rápida, de todas maneras siempre se recomienda unas horas de remojo para activar cualquier semilla.
Aportes nutricionales
Las lentejas turas ofrecen un gran aporte de proteínas de origen vegetal de alto valor nutricional.
Según datos de la Fundación Española de la Nutrición (FEN) contienen hidratos de carbono, fibra, proteínas y minerales como el hierro (no hemo), el magnesio, el selenio, el zinc y, además, vitamina B1. También son una buena fuente de fósforo y ácido fólico.
Los expertos señalan que “su contenido en fibra —soluble e insoluble— (aunque en menor concentración que en otras leguminosas) lo que favorece el tránsito intestinal y ayuda a combatir el estreñimiento“.
Por otra parte, estas lentejas son bajas en grasas y solo aportan 360 kilocalorías por cada 100 gramos.
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