- Tamaño y proporción: para paredes principales de la habitación, una pieza grande (p. ej., 60x90 cm o 80x120 cm) funciona mejor; también podés optar por un tríptico si buscás una composición más dinámica.
- Estilo: si tu cama es minimalista, elegí obras con líneas simples y pocos elementos; si te gusta un toque artístico, un abstracto o geométrico puede ser perfecto.
- Paleta de color: combiná con la ropa de cama y los textiles. Para un look suave, elegí neutros; para un punto de acento, añadí un color que complemente el resto de la decoración.
- Marcos: optá por marcos que refuercen el estilo (negro moderno, madera clara o anodizado) y considerá marcos sin marco para un aire más ligero.
- Centrá el cuadro respecto de la cama, a la altura de los ojos, con la mitad superior a la altura del cabecero.
- Si elegís un conjunto (duo o tríptico), mantené espacios iguales entre las piezas para lograr una composición equilibrada.
- Dejá al menos 5–10 cm de margen respecto a lámparas u otros objetos para que la composición respire.
El cuidado básico es suficiente: limpiá el polvo con un paño suave y evitá la exposición directa al sol para evitar decoloración. Si movés la obra, hacélo por el marco y asegurate de usar ganchos adecuados para el peso.
Preguntas frecuentes¿Qué tamaño conviene para un dormitorio matrimonial? Normalmente, un formato de 60x90 cm o 80x120 cm funciona bien como punto focal; para paredes más chicas, podés optar por un cuadro de 50x70 cm o un tríptico pequeño.
¿Qué estilos de cuadros modernos existen? Abstractos, geométricos, paisajes estilizados y minimalistas son populares para dormitorio; elegí el que mejor complemente la ambientación.
¿Cómo combinar colores? Tomá colores de la ropa de cama y del mobiliario; repetí un tono en una pieza y en otra para crear unidad sin monotonía.
¿Qué buscar al comprar? Calidad de impresión o pintura, materiales del marco y garantía; si la obra es en lienzo, asegurate de que la imagen esté sellada para evitar daños con el tiempo.