- Cada 10.000 a 15.000 km, o según lo indique el manual del vehículo.
- Si notás pérdida de rendimiento o consumo excesivo de aceite.
- Antes de realizar un mantenimiento mayor o una reparación en el motor.
- El motor empieza a hacer ruidos extraños.
- El aceite se ve más sucio o con partículas.
- El vehículo presenta pérdida de potencia.