El estante flotante blanco es una solución moderna para ordenar y decorar sin saturar visualmente el ambiente. Es una pieza de pared que no ocupa espacio en el piso y aporta una sensación de amplitud a cualquier habitación.

Un estante flotante blanco es un estante que se fija a la pared con soportes ocultos, dejando al descubierto solo la plataforma. Este diseño cero-visualidad crea un look limpio y contemporáneo.

• Amplía visualmente el espacio sin obstáculos.
• Fácil de limpiar y mantener.
• Combina con casi cualquier estilo: minimalista, nórdico, industrial o clásico.
• Se adapta a múltiples usos: para libros, adornos, plantas o fotos.

• Acabado blanco: mate o brillante, según el modelo.
• Materiales comunes: MDF recubierto laminado o madera compatible con pintura.
• Profundidad habitual: 15–25 cm; la elección depende de lo que quieras apoyar.
• Soportes ocultos que mantienen el aspecto limpio y sin tornillos visibles.
• Capacidad de peso razonable según tamaño (usa el kit adecuado para paredes de yeso o hormigón).

• Pensá en el uso: más profundidad para libros o objetos pesados; menos para decoración ligera.
• Medí el espacio disponible: ancho y altura para que encaje sin verse sobrecargado.
• Tipo de pared: si es mampostería, asegurá anclajes; si es drywall, elegí tacos adecuados para carga.
• Elegí el acabado: blanco mate para un look suave, blanco brillante para un efecto contemporáneo.

1. Marcá la ubicación y verificá que esté nivelada.
2. Colocá la plantilla o la línea guía en la pared.
3. Perforá según el tipo de pared e insertá los tacos y tornillos adecuados.
4. Fijá los soportes ocultos y colgá la repisa; ajustá para dejarla perfectamente nivelada.

Podés usar el estante flotante blanco para exhibir libros, marcos, plantas pequeñas, velas o souvenirs. Una buena idea es combinar varios estantes de diferentes anchos para crear una composición atractiva en la pared.

Para que el acabado se vea como nuevo, limpiá con un paño suave y ligeramente húmedo. Evitá productos abrasivos o alcohol en gotas, ya que podrían dañar el recubrimiento.

Si pensás usarlo en baño o cocina, fijate que el modelo tenga resistencia a la humedad y un acabado que soporte vapor. En espacios con mucha humedad, puede ser buena idea usar estantes específicamente diseñados para esos ambientes.