- Ligereza: reduce significativamente el peso total de la bici, facilitando la velocidad y la maniobrabilidad.
- Rigidez: proporciona una transferencia de potencia eficiente, mejorando el rendimiento en cada pedalada.
- Amortiguación: absorbe mejor las vibraciones del terreno, brindando mayor comodidad en recorridos largos.
- Compatibilidad con componentes: asegurate de que sea compatible con tu grupo de transmisión y frenos.
- Tipo de carbono: existen diferentes grados y fibras, que influyen en el peso y la durabilidad.
- Geometría: elige la que mejor se adapte a tu estilo de ciclismo y preferencias de manejo.